Moscú, 27 ago (Prensa Latina) El multicampeón olímpico en lucha grecorromana de Cuba, Mijaín López, nunca vio como una posibilidad perder su quinta medalla de oro en los pasados Juegos de París 2024.
Convertirse en único de su estirpe en esta disciplina era la meta del gigante de Herradura y su cuerpo de entrenadores, quienes visitan por estos días la capital de Rusia tras asistir como invitado de honor al Torneo Internacional de Lucha Grecorromana Memorial Aksenov, celebrado en la ciudad de Novosibirsk, en la Siberia rusa.
«Cualquiera que estuviera en el colchón de la cita parisina nosotros le íbamos a ganar, hicimos minuciosos estudios y entrenamos duro desde que me dispuse a participar en el certamen olímpico. El pensar que no pudiera lograr este resultado solo pasaba por la mente de alguien que no siguiera la continuidad deportiva de Mijaín.
Mi mentalidad siempre ha sido de campeón, y lo demostré en cada uno de los combates. Lucho por el pueblo que me ama, y por alcanzar las metas propuestas, y en París estuvo el resultado», comentó el pentacampeón en diálogo con Prensa Latina.
A propósito de su estancia en el gigante euroasiático Mijaín López agradeció su encuentro con el triple campeón olímpico ruso, Alexandr Karelín, a quien denominó como su ídolo.
«Karelín fue mi meta, a él le debo los resultados que ostento actualmente, fue mi paradigma para demostrarle al mundo que mientras haya propósitos por cumplir, todo lo propuesto se logra y no hay obstáculos que te detengan, y como resultado está mi quinta medalla, algo inalcanzable y que dejo como tarea para los jóvenes», sentenció el hijo pródigo de Herradura.
El luchador, a su vez, catalogó de injusta la ausencia de atletas rusos en el certamen competitivo mundial.
Al tiempo que reflexionó ponderando que «el deporte está más allá de la política, el deporte crea culturas, trae amor. Porque por muy fuertes que seamos, todos tenemos sentimientos, y el deporte también son sentimientos».
Interrogado por el camino emprendido por su hijo Mijaíl López, quien se inicia en los avatares del colchón de la lucha greco, y cuánta responsabilidad tiene su legado en el pequeño, aseguró que hasta el momento se ha mantenido al margen de sus determinaciones, y hasta intentó no guiarlo por el camino de esta modalidad deportiva por los retos que implica.
En lo adelante toca encaminarlo, no seré quien lo entrene, para eso hay profesores con vasta experiencia. No pretendo ser quien lo obligue a alcanzar mis resultados, seré su mano siempre para que tenga sus propios logros sin la presión de su padre, sentenció.
Hablar con Mijaín y no mencionar al cuerpo técnico sería impensable, con especial mérito para su entrenador principal Raúl Trujillo, el primero en entrar al colchón en modo estrellón una vez que se gana la pelea.
«Para nosotros es un show, es la manera que tengo de agradecerle y alegrarlo por tanto sufrimiento que pasa durante los seis minutos de la competencia en la esquina del círculo», afirmó.
Al cierre del diálogo, el gigante de acero enfatizó que el pueblo cubano tendrá Mijaín por largo tiempo, «para seguir demostrando al mundo que por muy pequeño que sea el país, y con todas las dificultadas a enfrentar, logramos hazañas grandes para que el mundo nunca se olvide de Cuba».